Para quien no la recuerde, o no la haya visto oye, que hay de todo, la serie trataba sobre la vida de Kevin Arnold. Literalmente. Esa era toda la historia. Ya me gustaría a mí tener su memoria para acordarme ahora de todo lo que yo hacía desde los 13 a los 17 años con conversaciones incluidas…
A su alrededor estaba su familia, con unos padres de lo más conservadores y sus hermanos mayores. Wyane, un capullo insoportable y Karen, la inolvidable hippie. Por favor, que gran personaje. Y cómo no, los amigos con los que se abría paso en el difícil mundo de la secundaria. Su inseparable amigo Paul Pfeiffer, el típico gafitas sabelotodo que durante muchos años ha existido la leyenda urbana de que el actor que lo interpreta era en realidad Marilyn Manson. Lo que sí es cierto es que el personaje de Milhouse Van Houten de Los Simpson está inspirado en Paul. Clavados si son, no sólo en el físico, también en lo pesaditos que son.
Pero para personas importantes en la vida de Kevin, estaba Winnie Cooper, su vecina-mejor amiga-primer amor. Lo cierto es que la chica era una sosa empedernida y una tontita creída de tener tres guantás en la cara de vez en cuando, pero ambos formaban una de las parejas más reales y míticas de la historia de la televisión.
Está muy lograda esa vivencia del primer amor, contada paso a paso, con todas las dudas que surgen. En el primer capítulo se dan su primer beso, que curiosamente ese fue también el primer beso de Danica McKellar en la vida real, y ninguno se olvida nunca del otro a pesar de haber tenido otros novietes a lo largo de la serie. Hacen sufrir los criajos con sus vaivenes de ”ahora te quiero, ahora no” justificados por estar en la edad tonta y por la altura de Fred Savage, que según cuentan, la pareja estuvo separada parte de la serie porque Danica era bastante más alta que él. Vamos, que ella creció más rápido y resultaba gracioso verlos juntos cuando se tenía que agachar para darle un abrazo. Pero en definitiva Winnie siempre está presente en todos los momentos importantes en la vida de Kevin. Sonorá muy moñas, pero esta relación me parece de lo más bonita y entrañable. Es justo como se dice, que el primer amor nunca se olvida y te marca para bien o para mal.
También hay otros amigos determinantes que va conociendo con el paso de los años o profesores que hacen mella en la vida de Kevin, como bien dice el adulto del futuro. La trama no tiene más que eso, ver cómo crecen estos niños y resuelven sus problemas. Pero tiene una serie de moralejas, metáforas y reflexiones que son más valoradas vista con ojos de adulta porque siendo pequeña, al menos yo con mi mente de fliparse con los Power Rangers, no las tenía en cuenta, ni las entendía tanto. Pasaba por alto esos grandes detalles y me quedaba sólo con el conjunto, de ahí a aburrirme.
También hay que sumarle el gran final que tuvo, con sus cosas inesperadas. en mi opinión de 10.
Otra cosa que no apreciaba, básicamente porque por entonces no eran conocidos, era la cantidad de importantes actores que han pasado por esta serie. David Schimmer sin ir más lejos, interpretó durante varios capítulos al novio-marido de Karen (perdón por los spoilers eh). Otro pre-friends como el hermano de Phoebe, Giovanni Ribisi, fue uno de los amigos de Kevin en bastantes capítulos también. Pero hay cameos de la talla de Jim Caviezel, Juliette Lewis, Seth Green, Alicia Silverstone o Eric Dane. Y no, no me olvido de que aparecieron Zack Morris, Screech y Punky Brewster y el hermano del prota, un pequeñajisimo Ben Savage. Todo ello acompañado de una banda sonora impresionante, que tengo hasta el disco si si, con clásicos de los ’60 o ’70 y la mítica canción de cabecera, que quién no ha crecido con ella, no sólo por la serie.
Si alguien no ha visto esta serie, ahora está en la edad de disfrutarla, digo yo, y si la visteis de pequeños, deberíais darle otra oportunidad ahora. A modo consejo, que aquí no obligo a nadie.
Actualmente, aquella aburrida serie que recuerdo, puedo decir que es de las mejores que he visto.