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domingo, 28 de febrero de 2016

Los Tanner han vuelto a conquistarnos

Mi infancia se resume en muchas series (y mi adolescencia y mi “madurez”…), pero una de las que más cariño tengo y guardo mejor recuerdo es sin duda Padres forzosos. Sí, yo fui de esas que la veía en las tardes de Canal Plus. Crecí junto con DJ, Stephanie y Michelle y los Tanner eran ya como miembros de la familia, una familia muy guay.



Nunca pensé que (muchos) años después seguiría sabiendo de sus vidas, pero estamos en la era de los reboots y demás, así que no era de extrañar su vuelta desde hace un tiempo.
Yo odio estos regresos, nunca lo he ocultado. Si algo triunfó en una época, no quiere decir que lo haga en otra totalmente distinta, de hecho casi nunca lo hace. Por mucho que nos gusten y echemos de menos estas series, es mejor recordarlas con nostalgia a verlas hoy en día y que éstas sean una copia mala de lo que fueron. Como diría mi querida Sidney Prescott, la primera norma de los remakes es: no jodas al original. Hay muchas que olvidan eso y nuestra serie termina transformada de éxito a fracaso (ejem Melrose Place ejem) y siempre se recuerda más lo segundo. Además nuestra mentalidad no es la misma, obviamente, ni los adolescentes de ahora son como lo éramos nosotros, por lo cual la historia “nueva” no encaja en ninguno de los dos públicos.

Por todo esto, tenía mucho reparo a la hora de ver Madres forzosas (Sí, lo han hecho… se queda con Fuller House, lo siento), pero a la vez mucha curiosidad y ganas de saber de nuevo de ellos porque lo habían presentado todo muy apetecible.
El viernes fue el gran estreno a nivel mundial y de toda la temporada completa y sí, la curiosidad siempre vence, porque como no soy gato no me mató, y debo decir que, bajo mi opinión (y por lo que estoy leyendo, la de muchos más), de momento han roto con ese esquema y tiene la fórmula perfecta para satisfacer a ambas generaciones, adaptándose a los nuevos tiempos pero sin perder su esencia y valores.



Sólo he podido ver el piloto por ahora, pero es más que suficiente para comentar mis primeras impresiones y para quedarme con la serie. Me han convencido y no soy fácil. Si lo que querían era crear ataques de nostalgia, lo han conseguido y eso al fin y al cabo es lo bueno que sí tienen los regresos.
Si aun no lo habéis visto, no lo leáis si no queréis spoilers, aunque ya se presentan todos en el tráiler y en la temática de la serie en sí, pero nunca se sabe.

El capítulo empieza con Danny, Jesse, Joey y Becky presentándose en la cocina como si nada hubiera cambiado en todos estos años, vamos que parece que vaya seguido del último capítulo y nunca hubiera acabado. Dos minutos de capítulo y ya tenía una sonrisa idiota en la cara. Después llega DJ como madre y Stephanie (la más cambiada, ¡qué guapa!) recién llegada de Londres cómo DJ de éxito (ahí ya empiezan con el primer chiste bueno) y se preguntan dónde está su hermana Michelle, la cual anda liada con su empresa de moda. Grandísimo el momento de la mirada que dedican a cámara después del feo que han hecho las Olsen de no participar. Un feo muy grande porque ellas es lo único que ha faltado. Han cuidado hasta el último detalle haciéndonos sentir nostalgia y acordándonos de la serie original a cada momento, con guiños constantes a ella.

No han cambiado NADA. La casa está recreada a la perfección, sus bromas son las mismas, ¡el perro Comet!... hasta su doblaje es igual en casi todos los personajes (matadme, sí, lo he visto en español). Si no fuera porque están todos mucho más mayores, por muy bien que diga Jesse que se han conservado (aunque él sigue igual de guapo. Uno de mis primeros crush), diría que me he puesto a ver otra vez mis viejos capítulos grabados de la tele. No ha faltado ni la canción Forever, ni el señor Castor o como se llame, que ese sí ha perdido la gracia, ni el “que grosero” de Stephanie. Con eso es con lo que más se han ganado mi corazón porque adoraba a esa niña en sus comienzos, cuando fue adolescente la cosa ya cambió. Aunque creo que voy a volver a adorarla. Todo un detalle también que los gemelos Nicky y Alex sean los mismos que de pequeños.
Por no cambiar, no han cambiado ni el theme. Ahora es más moderno, claro, y está bastante logrado, pero me quedo con el de siempre.



El argumento, como ya sabíamos, también es el mismo. Ahora DJ vive el mismo drama que su padre y se queda viuda con tres hijos. Y después de haber estado apoyándola una temporada, Danny, Becky y Jesse se tienen que marchar a Los Ángeles y Joey a Las Vegas (una pena que solo hayan venido como invitados), por lo que se quedan a vivir con ella para ayudarla la tía Stephanie y su mejor amiga Kimmy Gibbler, la cual sigue siendo mi personaje favorito.
La única diferencia con los personajes padres es que ella tiene una hija y Joey, el amigo de entonces, no tenía y por lo que se ve sigue siendo hasta un solterón.
También ronda de nuevo Steve, el novio de juventud de DJ que siempre pensé que fue él con quien acabó, pero no. Aunque ya ha venido directo a querer volver con ella, así que está claro que ahora sí terminarán juntos. O eso espero al menos, porque a mí es un chico que me encantaba.



Lo único malo que le he encontrado al piloto y supongo que a la serie en general, son los niños. Para nada tienen el carisma y la gracia que tenían ellas de pequeñas, ni tampoco su química con los adultos. Han debido de sacar la sosería de su madre pero aun así, hasta DJ tenía sus momentos y ellos aún es pronto para crucificarlos por completo, pero digamos que no harán una serie sobre ellos dentro de 30 años...
El bebé por ejemplo no hace NADA, cuando Michelle se comía la cámara con los ojos y la condenada parecía que ya estaba metida en el papel desde el principio. Qué fan era yo de las Olsen por favor… Para mí sobran los cuatro, yo lo siento, ni la hija de Kimmy se salva. Aunque el mediano tiene la misma obsesión que su abuelo Danny por la limpieza, eso es un pequeño punto a su favor. Pero claro, estos chicuelos van a ser el punto destacable de la serie para los niños de ahora que la vean de nuevas, como para nosotros lo fueron ellas porque, repito, no somos para nada iguales.

También el hecho de que todo sea exactamente igual puede ser un arma de doble filo. Por un lado está genial seguir viendo la misma serie, porque no gusta que las cosas cambien demasiado, al menos a mí, pero por otro, puede llegar a resultar repetitivo y algo cansino si no se lo montan bien. Pero si siguen así de brillantes, van sobrados.



En definitiva, para quien no haya visto la original, puede que esta sea una serie cualquiera más, tirando a simplona sin gran cosa que destacar. Pero para la generación Padres forzosos, es una versión mucho más que aceptable, muy trabajada, con la que se respira recuerdos buenos (que te hacen sentirte mayor, eso sí) y con gags que sólo nosotros entendemos y eso siempre mola.
A mí me ha sorprendido muchísimo y me ha ENCANTADO este piloto. Así sí se hacen los regresos, siendo coherente en todo momento con su historia previa, porque si no ¿por qué llamarlo continuación? (ejem Melrose Place ejem). Tendré que esperar a ver la temporada entera para ver si sigo opinando lo mismo, pero aquí ya han hecho un gran homenaje a nuestra infancia y eso es con lo que me quedo.
Los Tanner vuelven a enamorar y enganchar.

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